Edificio neomudéjar del actual número 21 de la calle Barco, conocido como Casa Valcárcel | SOMOS MALASAÑA
La construcción neomudéjar en el municipio de Madrid, a pesar de la
importancia referencial e histórica, cuenta con pocas aportaciones en el ámbito
de la investigación. Si tenemos como dato que el neomudéjar tiene ancladas sus
raíces históricas en una parte muy importante del conjunto de España, es
difícil entender las razones por las que su atención en el ámbito del estudio
de la ciudad de Madrid, tiene tan pocas referencias y aparentemente tan poco
interés.
Se trata, como se hace referencia
en múltiples publicaciones, de un elemento característico de la arquitectura en
España, que arranca hacia la mitad del siglo XIX para concluir prácticamente en
el primer tercio del siglo XX. Vinculado al movimiento historicista,
significándose por retomar el empleo del diseño mudéjar. Hay que destacar que
en este marco historicista el neomudéjar reúne un estilo histórico con el
empleo del ladrillo, siendo una singularidad firme la conjunción de ambos
elementos. En España la armonización entre mudéjar y ladrillo, tiene una
importante tradición, siendo mudéjares los creadores de gran parte de la
arquitectura durante la crisis del feudalismo, a base de ladrillo.
En el siglo XIX se da una
afinidad entre la utilización del ladrillo y el neomudéjar, pese a que la
sugerencia arquitectónica fuera ecléctica o árabe. En este siglo se utiliza
masivamente el ladrillo en la práctica constructiva, ocupándose de elementos
como la vivienda, específicamente para obreros, pero también para dar cobijo a
actividades industriales. Evidentemente no todo lo que se produce con ladrillo
es neomudéjar, pues le falta el estilo asociado como ya hemos puesto de manifiesto.
A estas alturas hay un acuerdo casi
unánime que neomudéjar es aquello que a la utilización del ladrillo tiene como
base la inspiración de la construcción mudéjar. Además es importante tener
presente que a la utilización del ladrillo hay que tener presente la
disposición “a tizón”
del aparejo. Más tarde conocido como aparejo a la española.
Los nuevos estilos que aparecen
en el siglo XIX, entre otros el neomudéjar, cuenta con el mismo problema que la
mayor parte de nuestros elementos arquitectónicos: conocimiento e investigación
muy insuficiente. Hasta entrado el siglo XX no hubo un conocimiento suficiente
como para diferenciar la arquitectura neoárabe o neomusulmana, momento en el
que la expresión arquitectónica historicista estaba en retroceso. Se acumuló
bajo la arquitectura árabe todo un conjunto de estilos como el nazarí, el
almorávide, el almohade, etc. que fueron reanimados acomodándolos a un nuevo modelo
arquitectónico.
En la España medieval, árabes y cristianos fundieron
una arquitectura nacional particular, el mudéjar, sobre la base del arte
califal y el visigodo, en el que van a influir elementos grecolatinos y
bizantinos con el lógico redescubrimiento de la estética clásica. Esta rareza
del mudéjar, es perteneciente a lugares limítrofes, sobre todo en el centro de
la Península.
José María de la Riva Ámez.
Profesor de Geografía.